Reina Roja Jack Escarcha El intercambio Lucía en la noche El Paciente Casi, casi No es mío El jardín del gigante

Reseña | Pide un deseo de Manuel Tristante

MANUEL TRISTANTE | PIDE UN DESEO | AÑO 2018 | 354 PÁGINAS
 EDICIONES JAVISA23 | ISBN: 9788416887583 | 4/5 ⭐⭐⭐⭐ | COMPRAR AQUÍ: EDICIONES JAVISA23 AMAZON
Es un honor para mi traeros por primera vez la reseña de un libro solidario. Este ejemplar ha sido escrito por Manuel Tristante, un polifacético, que dedica sus horas a él mismo y, en este caso en particular, a los demás.
La edición de, tapa dura con sobrecubierta, este libro tiene un fin puramente altruista. El autor ha narrado e ilustrado el contenido del mismo creando una historia que no pasará desapercibida. En Pide un deseo encontraremos muchas reflexiones, que a continuación en la reseña en sí misma os expondré, y crítica social. Todo lo que se recaude con esta historia irá destinado a la Asociación Española Contra el Cáncer de Granada para seguir impulsando la investigación contra este. Como podéis comprobar Manuel no se lleva nada, solo las opiniones de los lectores para seguir mejorando como escritor, porque como persona podéis comprobar que no puede ser más bondadoso.

    Portada y título: la portada es indudablemente preciosa. Sin leer la sinopsis podemos hacernos una ligera idea de lo que trae en su interior pues la silueta de un niño, un perro y una estrella, haciéndose pasar por ojo, tendrán el absoluto protagonismo en la historia. Pide un deseo no es más que el título que resumirá todo lo que ocurre en el interior del ejemplar. Abraham pedirá un deseo a una estrella, por petición de su madre, y a partir de ahí se desarrollará todo el contenido. ¡Y MENUDO CONTENIDO!

    Estructura interna: el libro consta de 354 páginas entre las cuales tendremos prólogo, epílogo y 10 capítulos, además de las notas del autor y sus agradecimientos como toque final. Aunque, no nos engañemos, lo mejor del interior son las ilustraciones, diseñadas y plasmadas por el propio autor (y que podréis bichear por aquí) o en la propia RRSS de Manuel (click aquí para cotillear). Los capítulos están numéricamente tratados y con un título que a veces se resume a una palabra. En su totalidad están contados por Abraham, nuestro protagonista, aunque no siempre encontrándose en un mismo cuerpo.
Además, el autor nos regala algunas páginas en tonos grises y negros para resaltar aún más la historia y lo que está ocurriendo pues las ilustraciones que acompañan a las situaciones nos dan una visión más realista de lo que se acontece poniendo cara a los personajes y dramatismo a las acciones.

El niño había cogido la conversación bastante avanzada. A sus oídos llegó la palabra cáncer. Conocía que estaban hablando de él. Por tanto, se preguntó que sucedía con su horóscopo. ¿Por qué hablaban de su horóscopo?

    Personajes: como siempre en todo libro hay decenas de personajes, pero me voy a centrar en los que nos interesan que por supuesto es Abraham, y a partir de aquí cada cuál que haya leído el libro tendrá sus favoritos. En mi caso son: Tostado y Marina. Os podría hablar de lo mal que me ha caído la madre de Abraham, de la parsimonia del padre o del poco tacto que tienen ciertos médicos como es el doctor del niño. También os podría contar lo mal que me ha parecido que Rizado se ha comportado con el pequeño, pero esto cada uno lo vivirá a su manera, así que por lo pronto yo os hablaré de esos tres: Abraham, Tostado y Marina.

Abraham es un niño de casi siete años que tiene un bultito en la cabeza, y que por desgracia tiene más importancia de la que él podría darle siendo tan pequeño. Es un ser que se ha ido haciendo más inocente conforme crecía debido a la sobreprotección de su madre. Un día entrada la noche inocentemente pide un deseo sin siquiera imaginar que se fuera a cumplir, pero que se cumplió. Caminaría sobre cuatro patas, tendría un olfato espectacular y, sin pensarlo, conocería de primera mano el maltrato animal que sufren los peluditos. En su camino se topará con Tostado, un perro que casualmente es su vecino y que le ayudará en todo lo que esté en sus patas para huir de la perrera Salvación, donde son mandados los perros callejeros, hasta encontrar en el puerto de la ciudad a una bruja que le devolverá a su forma humana. No obstante, todo ello no lo podrán conseguir sin la ayuda de Marina, una ciudadana de a pie que se topa con ellos cuando escapaban del perrero que les perseguía a sol y a sombra prometiéndoles un futuro incierto. Marina será la que lidiará con este ser tan despreciable, y la que les obsequiará a Tostado y Abraham con aquello que todo ser vivo se merece: alimento, un techo bajo el que dormir y amor, sobre todo mucho amor. 

Cerró los ojos, y dejó que las lágrimas recorrieran su rostro. Se había quedado solo. Siempre se quedarían allí... No volvería a ser un niño. No regresaría con su familia... No volvería a escapar sin la ayuda de Tostado... Y no volvería a estar con él.

    Trama: como ya os he adelantado Abraham pide un deseo a una estrella. Quiere convertirse en su perro Rizado. Sin embargo, esta petición se tornará gris cuando un día la madre del pequeño decida echar, al que ha sido su amigo peludo, a la calle. A partir de aquí tendrá que toparse con las noches más oscuras, los silencios más perturbadores y las peores compañías. No obstante, encontrarse con su perro vecino, maltratado por su dueño día sí y día también, le dará a nuestro protagonista pequeñas esperanzas por conseguir volver a su anterior cuerpo y poder seguir viviendo bajo el abrigo de sus padres. No sin antes atravesar por una serie de dificultades como: el hambre, la desconfianza y las frías noches, solo se tendrán el uno al otro, y solo podrán confiar en sí mismos para conseguir llegar hasta la bruja que devolverá a Abraham a su anterior vida. 
Entre todo lo que ocurre, Tostado se verá sumido en una serie de emociones entre las cuales no desaparecerá el miedo ni la tristeza de que, en el momento en el que este vuelva a ser un humano, no podrán verse con los mismos ojos y tampoco podrán comunicarse entre ellos, como cuando compartían la misma apariencia. 

    Pluma del autor: es la primera vez que leo a Tristante, a pesar de poseer otras dos publicaciones suyas. Lo acertado hubiera sido leer otra de sus historias para haceros así una comparativa, pero no podrá ser en esta reseña sino en las consecutivas en las que espero poder leer Bajo el arcoiris, una novela dentro del género LGTB muy diferente a lo que tenemos hoy entre manos.
Como ya os digo el polifacetismo es una cualidad que admiro de Manuel. No solo ilustra sus novelas, sino que además se aventura a tocar las diferentes edades y creedme que no es nada fácil cambiar el registro de uno a otro. Hay que hacer un gran ejercicio de autocontrol y empatía, hay que ponerse en el lugar de un niño, y quien los tenga a su alrededor es sabedor de que no es algo que a los adultos nos salga de manera natural, pues no poseemos el mismo nivel madurativo. Quizá al autor se le haya dado mejor, pues tiene junto a él a dos preciosos sobrinos a los que dedica esta novela.

Me gustaría que el mundo fuera diferente, que no hubiera injusticia, que todos tuviéramos comida, un techo bajo el que dormir calentitos, una familia... Pero no es así. ¿Por qué? Porque solo pensamos en nosotros mismos, no en los demás. Y ese Dios en el que creéis no hace nada para impedirlo.

    Aspectos positivos y negativos: lo positivo que me llevo de esta lectura es, sin lugar a dudas, el mimo con el que Manuel cuida y reflexiona sobre el abandono animal. Os podría decir que el cáncer para mi pasa a un segundo lugar, aunque sé que es importante y algo de lo que no nos podremos librar, y toma totalmente su protagonismo el maltrato animal. En este sentido el autor me ha ganado completamente. No he tenido muchos perros en mi vida ni a mi alrededor, he sido siempre más de gatos (supongo que por el nivel de independencia que tienen), pero he de decir que con Tostado he quedado maravillada. Ojalá hubiera más como él. Es la viva imagen de que aunque le traten nefastamente mal él siempre seguirá creyendo que su próximo dueño será mejor que el anterior, y esto no es difícil después de estar en las manos de un maltratador. 
Cuando hablé con el autor, sobre lo que odié a Claudia, madre de Abraham, me dijo que la crítica no iba solo en el sentido animalista sino también en el sobreprotector, y aquí tengo que pediros un aplauso para él porque soy de las que piensa que hay que darle alas a un niño y permitir que sean ellos lo que se equivoquen por sí solos (y no os estoy diciendo que si hay fuego a su alrededor dejéis que el niño se queme para que no vuelva a acercarse, no me seáis extremistas), lo que os quiero decir con ello es que estamos creando niños que van a salir con miedo a la calle. Que no van a valerse por sí solos, que van a depender siempre de sus progenitores, ¡DADLE ALAS Y DEJADLES VOLAR!
Sin embargo, puede que lo que más me ha gustado ha sido el final. Aparentemente cuando iba por más de la mitad del libro y no se había resuelto aún nada pensaba para mis adentros ya verás, que nos va a dejar en ascuas, que no se va a solventar nada, que va a tener un final atropellado... Y no, no ha sido así. Haciendo un balance general sobre la historia creo que ha estado de lo más acertado. Quiero compartir con vosotros la reflexión que me hizo Manuel ya que yo le di mi punto de vista del final, con el que me equivoqué estrepitosamente. La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos. No me digáis que os han dado un consejo mejor que este porque no me lo trago. 
Aunque claro, todo no podía ser bonito ¿verdad? En efecto. La nota no es la máxima y es por lo siguiente. Algunos capítulos se me hicieron largos. Tened en cuenta que son 354 páginas y que solo dispone de 10 capítulos, pues le prólogo y epílogo a veces constaba de unas pocas hojas. A veces he perdido el hilo pues cuando Abraham se convierte en Rizado, la personificación o prosopopeya, se me hizo un poco cuesta arriba puesto que el poder de comunicarse y el tener unas emociones diferentes que las que él tenía cuando era humano se me hacía un poco cuesta arriba. No obstante, quiero aclarar que el autor hace un magnífico trabajo puesto que, en gran parte del libro ser humano encarnado en perro, no es fácil de llevar y he de reconocer que lo ha hecho a las mil maravillas, por lo que esto es un aspecto más personal que otra cosa y que puede venir derivado de que algunas partes se me han hecho largas como la llegada al puerto. Quitando estos dos pequeños detalles, para mi la historia ha sido magnífica porque ha tocado diferentes asuntos desde el respeto


- ¡Tostado, da igual  que supiera que era su hijo! ¡El caso es que lo echó! Y por qué, ¡porque era un perro! - soltó. Abraham se espantó ante el gesto tan enfurecido -. Perdona, me he alterado. Quiero decir, Tostado, que igual que echa a un perro (que en este caso es su hijo), igual hubiera echado al verdadero animal...

    ¿Recomendado?: ¡por supuesto! A pesar de que no es el único libro que he leído sobre maltrato animal (aquí tenéis otra reseña), si que es cierto que a través de los ojos de un niño se podrá concienciar mejor en edades tempranas lo que supone el abandono animal y cómo viven, en este caso, los perros callejeros. Es un libro que aguarda consigo muchas interpretaciones y que según el lector que lo reciba se quedará con un mensaje u otro, porque eso es lo importante cuando leemos. Que respetemos, que extraigamos y que hagamos nuestra la historia, que la vivamos intensamente.


En definitiva, Pide un deseo ha sido una noria de sensaciones donde encontrarás: crítica social a la sobreprotección y el maltrato animal, drama, aventuras, intriga, emoción,... Con un final que no dejará indiferente ni a mayores ni a pequeños y un libro que se puede disfrutar, en la soledad de tu habitación o en familia, compartiendo sentimientos e incluso reflexiones, sobre el bien y el mal, trabajando de una manera disciplinar los derechos de los animales y el deber del ser humano.

8 comentarios:

  1. Holaa
    Pero que portada más bonita^^
    No me importaría nada leerlo.
    Un besito

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola bonita!

    ¡Por fin me paso! El fin de semana siempre es un poco perruno (que idóneo para la reseña jaja) y no suelo entrar en el blog, pero ya era hora de que te leyera ;)

    Me encanta cuando se hacen historias así, con un final solidario y bonito. Así que me parece un gesto precioso por parte de Manuel. La portada me encanta, muy muy bonita. Llama la atención. Y a ti te ha tenido que volver loca por el gatete que aparece jajajja

    Quizás me equivoco, pero me da la sensación de que es un libro infantil o juvenil ¿no? Y que se aborde un tema como es el cáncer me parece una gran idea, especialmente si además su lectura la realiza un niño que está pasando por lo mismo. Porque que se vaya más allá del tema, normalizando y fomentando la idea de disfrutar y vivir al máximo, me parece perfecto. De hecho, la enfermedad me está tocando de cerca y creo que el hecho de vivir, de seguir disfrutando de la vida es fundamental para la recuperación.

    También me gusta que se hable de las consecuencias del exceso de sobreprotección, porque efectivamente al final a los niños les hacemos bobos y, lo que es peor, temerosos de hacer cosas. Pero con lo que Manuel me ha ganado del todo es con el tema de los animales, yo que no soy de gatos pero mucho de perros, esto no me podría gustar más. De hecho, ¿quién no ha querido llevar la vida de sus mascotas alguna vez en la vida? Yo desde luego sí, así que ponerse en la piel de una me parece maravillo. Aunque aquí se aborda un tema en el que hay que avanzar mucho aún, no tanto los que sabemos lo que es tener un animal en casa que vemos en el maltrato un horror insoportable.

    Me parece un título precioso, con unas ideas desarrolladas muy bonitas y que no dudaría en regalar a mis primas.

    Besotes guapa


    ResponderEliminar
  3. Hola Carol! Una apuesta arriesga de lectura, para mí al menos, pero muy interesante. No se m ehubiera ocurrido buscar en las estanterías algo con una trama así y menos con tal cantidad de drama como el que debe guardar entre sus páginas, pero gracias por la recomendación.
    A veces los padres pecan de sobreprotección... de que pueden hacer todo para que su hijo crezca lomejor posible y no se dan cuenta de que es necesario para madurar y tolerar la frustración, entre otras cosas. LA sociedad moderna es cada vez más de esta manera.

    Besos!

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola!
    Ya cuando vi el unboxing en tu Instagram me llamó la atención. Sí que tengo que reconocer que no me van mucho este tipo de libros porque soy demasiado empáticas y viva tanto los libros que los acabo sufriendo, y algunos son capaz de quitarte el sueño, sobe todo cuando lo hacen tan reales y tan acordes a la vida real. Pero hay que destacar que el fin del libro es increíble, en especial por parte del autor.
    La historia me ha sorprendido, sobre todo porque no pensaba que tuviese ese punto de protección a los animales. Amo a los animales, tengo a mi perra Jara que la quiero como a una mas de la familia y todo daño hacia ellos me entristece. Y oye, no me considero animalista, odio tener que ponerle un nombre cuando el más adecuado es: amo a los animales.
    En cuanto a lo de la protección de los padres ahí estamos totalmente de acuerdo, hay padres que se creen que por meter a un niño en una burbuja lo hacen mejores y la generación de hoy día son unos niños que no saben solucionar sus propios problemas.
    Muchas gracias por esta magnifica reseña.
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Hola! hace un tiempo leí el libro y lloré con él todo lo que quise y más: por un lado por el tema cáncer y por otro por el maltrato animal. Tengo sobrinos pequeños y tengo un gatico adoptado así que el libro me llegaba por todas partes al alma. En cuanto a la sobreprotección de la madre, es un tema con el que tampoco estoy de acuerdo y si contigo: los niños necesitan tocar, mirar, preguntar, caerse, levantarse, etc, etc... aunque también es verdad que ante el caso de un peque que está enfermo, la reacción puede ser bien distinta, aunque tampoco quiere decir que sea correcta. Una historia que merece la pena leer y emocionarse con ella de la primera página a la última. Besos!!

    ResponderEliminar
  6. ¡Hola Carol!
    En un principio puede parecer que el libro hable en su totalidad del cáncer pero mira, me gusta que conciencie de otro grave problema en esta sociedad. Por supuesto la iniciativa del autor es admirable. No me olvido del trabajo que se ha pegado; escribir, ilustrar... se dice pronto.
    Tal y como comentas, es un libro para compartir con más personas o en la intimidad. Yo imagino a padres con sus hijos enfrascados en la lectura. Puede ayudar a ambas partes.
    En lo personal no me llama lo suficiente la atención pero tampoco voy a rechazarlo. Nunca se sabe.
    A seguir disfrutando de más historias bonitas y con mensaje ^^
    ¡Besotessss!

    ResponderEliminar
  7. Hola guapísima

    Pues mira pensaba que este libro era solidario pero que trataba tema de cáncer o enfermedades raras,no
    me preguntes por qué. Me ha sorprendido para bien que el libro tenga ilustraciones hechas por el propio autor,últimamente me estoy enganchando a las novelas gráficas y encontrar libros así cada vez me entusiasma más. Cuando he leido la trama me ha entrado mucha pena de verdad, no sé si sería capaz de leer un libro así. Estoy muy concenciada con el abandono animal y los animales es uno de mis puntos débiles,no puedo ver sufrir un animal y soy capaz de llorar antes por un animal que por una persona.
    No me ha hecho gracia que algunos capítulos se te hicieran largos, odio los capítulos largos, no es algo que determine si voy a leer un libro o no por este tema,pero me afecta un poco jaja.

    Ahora mismo no me veo preparada para leer este libro,pero más adelante quizás lo lea.

    Muchas gracias por tu reseña perfecta, como siempre.

    Besos

    ResponderEliminar
  8. ¡¡Hola Carol!!

    ¡Qué iniciativa tan bonita y que maravillosa portada! Me encantan los libros que destacan por su portada, sus ilustraciones, tan bien editados. ¡Cuánto tienen que aprender algunos!

    Tengo que reconocer que en cuanto he leído niño y cáncer, se me ha hecho un nudo en el estómago. Este tipo de temáticas tan tristes me cuestan muchísimo, aunque sé que son necesarias y lo deberíamos tener más presente pero bastante dura es la vida como para encima, pasarlo mal también leyendo. Aunque en este caso es por una buena causa y se perdona.

    Pero como dices que no se centra demasiado en el tema enfermedad y tira más por el tema animales, no me importaría leerlo. Siempre he sido más de gatos que de perros aunque no he tenido la suerte de convivir con ninguno, pero me encanta la relación existente entre perro y dueño (en este caso, ni siquiera es necesario que sea su dueño para poder ver el mundo a través de sus ojos).

    Otro aspecto que me parece muy importante es esa crítica a la autoprotección de los padres actuales a sus hijos. Sé que muchos padres pensarán que es porque no soy madre (ni lo veo cerca ;)) pero creo que están creando unos niños sobreprotegidos, que no saben disfrutar y aprender por sí solos, tiene que ser todo perfecto para ellos lo que cuando crezcan les provocarán millones de frustraciones cuando vean como es el mundo real... Los niños deben aprender por sí solos, aburrirse, imaginar, soñar... y si me apuras, caerse y hacerse heridas en las rodillas para aprender.

    Un besote enorme

    ResponderEliminar