Pero aquel cuerpo parecía el
de un hombre... Hombros anchos, un pecho musculoso que se estrechaba hasta
llegar a un vientre plano y con los abdominales marcados, unos muslos fuertes y
estilizados y unas piernas robustas. Felicia se humedeció el labio con la punta
de la lengua. Había dejado lo mejor para el final. Quizá pareciera superficial,
pero lo había estado deseando desde ... Miró entre sus muslos abiertos y se le
cortó la respiración. Los hombres con los que había estado en el pasado le
parecían ahora unos maricas impotentes. Podía soltar un discurso sobre que el
tamaño no importaba, pero confrontada a la irresistible masculinidad de Darach,
sólo pudo ahogar un grito y abrir la boca del asombro.
Nina Bangs, Éxtasis.
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