Aún recuerdo con qué descaro, y a la vez
orgulloso de sí mismo, pagó aquel té de vainilla que entraba caliente por mi
garganta y hacía que la palma de mi mano derecha estuviera cálida mientras que
con la izquierda agarraba el libro El
amante de Lady Chatterley. Salí de aquella cafetería que olía a puro café
encerrado en débiles saquitos con unos lazos alrededor ahogándolos para servir
de souvenir a cualquiera que no
hubiera visitado aquellos lares o simplemente para consumo propio. Antes de
colocar mi cuerpo al completo fuera de esas paredes con aroma a cafeína miré de
reojo hasta donde estaba ese camarero de pantalón negro y camisa impolutamente
blanca con su pajarita negra y calzando grandes zapatos, del mismo color que toda su vestimenta, para dedicarle
una sonrisa de agradecimiento e irme directamente hacia mí oficio.
Hacía frío. Un frío congelante de esos que
dejan los dedos como escarpias, engarrotados en la carpeta que viajaba conmigo
a casi cualquier parte. Caían despacio y sin amenazas unas pequeñas gotas de
agua, pero nada por lo que preocuparme ya que empezaron a asomar casi llegando
a mi destino. Entré en la oficina haciendo el típico ruido del impacto de mis
tacones sobre el frío mármol de aquel edificio de tres increíbles plantas. No
era nadie importante, ni siquiera me pensaba alguien en aquella empresa; pero, si
mi jefe pensaba que mi trabajo era el correcto y que merecía un ascenso ¿quién
soy yo para llevarle la contraria a aquel buen hombre?
George, mi jefe, era el hombre más alegre con
el que puedes toparte. No es el típico mandamás que tiene siempre el ojo avizor
hasta que hagas cualquier paso en falso para regañarte, sino que antes de que lo
des él te guía, te ayuda y sirve de apoyo para cualquiera de sus trabajadores.
Si tienes algún asunto familiar él no te da un día sino que te concedería toda
su vida hasta que lo hubieses solucionado, pero eso quizá no era la mejor de
sus virtudes sino uno de sus grandes defectos y por los que más de uno o dos
empleados se han aprovechado.
- Buenos días Britt. – Le dediqué una sonrisa a la secretaria que se
encontraba en su puesto principal y seguí mi camino hasta mi pequeñito pero
acogedor despacho.
- Buenos días Carole, – dijo con su implacable mirada y sus dientes
tan blancos como la nieve – arriba le espera George con el dossier que debe preparar para la
semana que viene.
- De acuerdo, muchas gracias Britt. Nos vemos
en la comida, que le sea leve.
Britt, bueno Brittany era la secretaria que
recibía cada día miles de paquetes, envíos, cartas que debía firmar, documentos
que se traspapelaban constantemente y que ella tenía que organizar y
reorganizar, ¡diantres! Esa mujer se merecía ser la cabecilla de la empresa.
Rondaba los casi sesenta años, llevaba como unos veinte y cinco allí trabajando
en Remember words, la empresa que lleva una treintena funcionando y que cada vez se expandía más y más
por el mundo.
Centrándome en Britt, que era la manera
cariñosa con la que nos dirigíamos a ella ya que decía que le daba un aire juvenil
que ya no poseía su estética, era una mujer de mediana altura con pelo largo y
castaño, aunque creo que más bien por las horas que le dedicaba en la peluquería
que de manera natural, y con un cutis que envidiaba y el cual siempre se estaba
hidratando con su aroma de coco. Vestía ese día una falda larga estampada con
flores rojas y verdes y una camiseta blanca de tirantas, ya que aunque fuera en la
calle hacía un frío espantoso dentro de esas cálidas paredes sobraba a veces la
ropa.
George se hallaba en su despacho, que se
encontraba al final del pasillo y que estaba revestido siempre de cuadros,
plantas y algún que otro decorado que no estaba de más sino que daba esa
sensación de paz al ambiente, esperando mi llegada que como siempre, o casi
siempre que me lo proponía, eran cinco minutos antes de mi horario laboral.
- ¡Vaya Carole! Como siempre tan puntual. – No fallaba. Ahí se encontraba con su mirada
perdida entre las hojas de su periódico diario informándose para hablar de
cualquier tipo de tema durante la jornada. No le hacía falta ni alzar la vista
porque mi aroma a vainilla siempre me delataba y él era de los que se quedaban
con el olor del personal al momento.
¡Hola!
ResponderEliminarNo se si sepas quién soy por mi nick. Ayer escribiste un comentario en una entrada de mi blog en la que hablaba del tiempo y su fugacidad. Quería agradecerte el comentario personalmente porque leerte me hizo feliz el resto del día y todavía sigo así. No nos conocemos y pudiste darme ánimos como pocas personas han logrado cuando hemos hablado de ese tema. Fue un comentario precioso así que mil gracias por ello.
Y puesto que leí que tu todavía estabas estudiando, te digo que sí se puede. Efectivamente y como comentabas, he terminado. No se lo que nos depare el futuro pero sin nos lo proponemos, podremos con ello.
Ánimo con todo lo que te propongas y muchas gracias otra vez por las palabras que me dedicaste.
En cuanto a tu blog, el diseño me parece ideal para leer tus textos porque es sencillo, sin estar sobrecargado y sólo como consejo, justifica los textos para que se vean más rectos y bonitos, aunque eso es a tu gusto claro :D
Un beso
Inmaculada
Esta segunda parte me ha gustado mucho! Y vas a seguir?? A ver como termina la cosa.... Jajajaja! Me ha gustado mucho, aunque falta alguna coma y cambiaria tirantas por tirantes.... Yo al menos lo digo así jejje. Con ganas de seguir leyendote jiji. Muuuuuuak
ResponderEliminarLeer tanats cosas, reflecciones, historias personales y demás, me esta haciendo replantearme el cambiar el concepto d emi blog.
ResponderEliminarYo escribo también, como vos, soy d ehacer estos relatos breves y de dejar una ayuda, enseñanza o valor a traves de las lineas. Es la mejor terapia, y quiero que nunca dejes de hacerlo. Desde ahora, todo mi apoyo, Espero proximamente tus nuevos post.
Te mando un beso, que estes muy bien, me encantaria que podamos hablar mejor en algun momento
Soy Argentina. Cariños!
edicionpf.blogspot.com.ar
Me encanta como escribes ¡Es genial!
ResponderEliminarPor casualidad ¿No tienes Wattpad? Si no tienes, deberías registrarte y subir allí relatos cortos como lo haces por aquí, seguro a muchas personas les gustará leerte porque escribes increíble.
¡Nos leemos! ☺
Me encantó el relato, supongo que tiene que ver con otro escrito anteriormente y en seguida me pongo al día con ello. Me encanta tu forma de escribir. Enamorada me tienes.
ResponderEliminarU besazo <3
Me gusta muchísimo cómo relatas. También me gusta el escenario del ámbito laboral que le has puesto y tu manera de detallar!
ResponderEliminarHola!! acabo de descubrir tu blog y con el tus escritos y me ha encantado!! escribes muy bonito..
ResponderEliminarUn beso