Quizá, o mejor dicho seguramente, tengo mis defectos. Pero
éstos predominan más que las virtudes. No puedo trabajar sobre algo que ya hago
bien y lo que hago mal lo empeoro por momentos.
Esconderme siempre es algo que he deseado hacer; sin
embargo, también es un acto que nunca he llegado a conseguir por mucho que me
lo he impartido.
Aunque siempre he querido luchar, ha habido ocasiones en las
que me he quedado sin espadas y esperanzas. A veces no he encontrado las armas
suficientes para luchar por lo que quiero y lo que no quiero entra en mi vida
porque no tengo una dura fortaleza que las rehúya.
Siempre he tenido claro lo que he querido y paulatinamente
lo he ido consiguiendo en la trayectoria de mi vida. Aun así, me he estancado y
no hay mayor marcha que el desahogo en trozos de papel pintado de ilusiones.
Pero así soy una perfecta imperfecta.
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