Reseña | Una canción de amor de Mercedes Alonso

MERCEDES ALONSO | UNA CANCIÓN DE AMOR | AÑO 2017 | 224 PÁGINAS
 HARLEQUIN | ISBN: 9788491704287 | 3/5 ⭐⭐⭐ | COMPRAR AQUÍ: HQN AMAZON (3,70€)

No podía iniciar el año de otra manera que no fuera con una reseña de Mercedes Alonso. Todos sabéis mi amor incondicional por sus novelas. Por unas más que por otras, porque me gusta ser objetiva, aunque sea mi autora predilecta española por excelencia, con cada una de sus publicaciones.
Antes de dar paso a la reseña agradecer a Mercedes, nuevamente, que me haya obsequiado con la novela ya que si tengo que esperar a que HQN me la mande, ¡vamos apañados! No obstante puedes comprarla en Amazon por una miserable cantidad que no llega siquiera a los 4€ así que como propósito de año nuevo ponéis el de no ser tacaños e invertir en literatura española. De hecho no es el único que tiene a ese precio así que ¡EN AMAZON OS QUIERO VER YA PIDIENDO VUESTRO EJEMPLAR! Ahora sí que sí dad la bienvenida al primer post del 2018.

Gracias a Mercedes Alonso por el ejemplar

    Portada y título: las novelas de Mercedes se caracterizan por tener claro lo que quiere simbolizar en cada portada y título. Aquí ha querido darle un pequeño protagonismo a una canción que aparece mencionada casi a la mitad de la novela, por lo que podríamos decir que es solo por ella el motivo del título. Sin embargo, esa cámara antigua tiene más de un significado y es que la protagonista, Rebeca, es fotógrafa amateur y se enamoró de un fotógrafo profesional, Lucas, así que aquí las imágenes estáticas tienen un pequeño papel fundamental. 

[...] sin ti soy menos yo, menos humana, me lo has recordado al besarme, y no estoy preparada para perder mi humanidad.

    Estructura interna: el interior consta de unas 220 páginas divididas en 47 capítulos, epílogo incluído, narrados por Rebeca, principalmente, Alex y Lucas. De hecho cuando son narrados por otra que no sea nuestra protagonista se aclara bajo el título del que dispone cada uno de ellos; además de su concreción numérica. No se hace uso del recurso antes y después, años más tardes,... Ni nada de eso, pero si que se hace mención a momentos del pasado, dentro de los capítulos, que los personajes rememoran y nos recuerdan una y otra vez. 

    Trama: resumiédolo a grosso modo sería ni contigo ni sin ti. Rebeca quiere engañarse y creerse desenamorada de Lucas, pero, cada vez que intenta olvidarle por completo, vuelve a aparecer como una estrella fugaz en su cabeza y, sobre todo, en su corazón. No obstante, tiene claro que no le vencerán los recuerdos que tiene de su ex porque está dispuesta a tener relaciones sin compromiso con todo aquel que le plazca sin tener que saltarse sus propias normas. 

Mis reglas son dos:
1. No pasar la noche con ningún hombre.
2. No quedar con el mismo hombre más de cinco veces.

Claro que como comprenderéis no las lleva a rajatabla ni de broma. No llega a enamorarse plenamente de nadie, pero si que empieza a surgir una chispa y una llama que alimenta para que vaya creciendo. Y, ¿qué sería de una novela romántica sin esas apariciones estelares de personas que quieres olvidar pero que no desaparecen a pesar de que hay cientos y miles de millones de kilómetros en el universo? Pues que la novela no sería lo mismo. Ahí está Lucas, volviendo con fuerzas renovadas, con su corazón reconstruido, después de abandonar a nuestra protagonista a expensas del amor que esta sentía por él y del que todavía no se ha desecho, y con más ganas que nunca de reconquistar a Rebeca. Trabajo que no le supondrá ninguna complejidad pues ya la conoce y tiene un camino recorrido, en el que ella se ha encargado de poner piedras para que se tropiece una y otra vez. Sin embargo, ahí están Paola y Pepa, amiguísimas de Rebeca, para ponerle los pies sobre la tierra y recordarle que la abandonó a su suerte, sin una explicación y que a quien debe darle una y miles oportunidades es a Alex, un chico que ve con otros ojos a nuestra protagonista y que ni por asomo le haría lo mismo que Lucas. La amaría por el resto de sus días.

Cuando conseguí recuperarme prometí que ningún hombre volvería a hacerme daño y que los días en el infierno se habían acabado para siempre. Pero olvidar no es fácil. Es un arduo camino por el que voy deslizándome lentamente un día tras otro.

    Personajes:  me iría como siempre por las ramas hablando de todos aquellos que aparecen en la novela pero creo que aquí los tres personajes principales son los únicos en los que tengo que hacer hincapié y, más bien, en Lucas y Rebeca. Ya sabemos que el amor es un boomerang que cuando menos queremos que vuelva, reaparece en el cielo en forma de puntito y viene aún con más energía y garra que al principio. Si el primer amor es difícil de olvidar, Lucas es de otro cantar. O fotografiar, en este caso.
Antes de nada decir que Pepa me ha parecido una amiga de pega, más que nada porque sale cuatro veces contadas, y Paola muy cansina. Ni vive ni deja vivir, pero es que así es como tienen que ser las amigas. Estar contigo en las duras y en las maduras, y en las últimas más aún, si cabe. Aunque se ponga en modo cansina y pesada. Hay veces en las que hay que hacerles caso y otras en la que la tenemos que mandarlas a paseo con una buena patada en el trasero al señor Traseronian le gusta este comentario 👍 (guiño a Wonder, o lo que es lo mismo La lección de August).

En primer lugar nos encontramos con Alex, un hombre romántico donde los halla. No tiene nada que ver con Lucas. Es un latin lover en potencia que no se deja embaucar fácilmente, pero caer en las garras de Rebeca le ha sido meramente imposible. En ella ve algo más que carne. Sus ojos no pueden parar de mirarla, de meterse en su interior y conocerla a fondo. Ha provocado que nuestro personaje principal por excelencia se salte las reglas impuestas por sí misma. Alex es un castigo divino llegado del más allá para quedarse. No obstante, ocurrirá algo con este personaje por lo que nadie querríamos pasar. Os dejo el beneficio de la duda para que vayáis corriendo a por el libro y lo descubráis vosotros mismos, yo no voy a soltar prenda.
Lucas... Oh Lucas Alberdiiiii 🎵 un fotógrafo profesional que capta la esencia de cualquier modelo femenina haciendo que la mirada de estas traspasen a la persona que fija sus ojos en el rostro de la fémina. Ha trabajado fuera de su país, España, con los mejores y vuelve a ella con las ideas claras y con un claro propósito: reconquistar a Rebeca, cueste lo que cueste. Una fotografía será la culpable de que esta sucumba a sus encantos y, sobre todo, de que todo lo que han vivido brote de los sentimientos que nuestra protagonista se ha encargado de esconder día tras día pero de los que siguen existiendo raíces.  Lo único que le hará rendirse, y a veces ni eso, es que ella esté con otro hombre. Se retirará de esa guerra ya perdida para salir vencedor, porque él nunca puede perder.
Rebeca, una maestra y tutora de sexto de Educación Primaria. Nuestro mar de dudas. Dudas con Alex, dudas con Lucas. Se podría decir que por este pequeño detalle tenía todas mis esperanzas puestas en ella pero me ha castigado mucho y ha acabado decepcionándome. Digamos que esperaba que tuviera mucha más garra de la que nos muestra. Es una característica frecuente que las chicas de Mercedes Alonso tengan personalidad, pero esta carece de ella o no tiene la suficiente. Al principio me parecía una gran protagonista. Una femme fatale a la que no le importaban los sentimientos masculinos ni lo más mínimo, pero digamos que se fue ablandando con el paso de los capítulos o quizá nunca fue como yo quise que fuera. Es posible que idealizase mucho a la protagonista femenina.

- Y después descubrí que no era así. El amor nos hace débiles y vulnerables. El amor, en realidad, es una mierda. 

    Pluma de la autora: son ya muchos los libros que he leído de Mercedes Alonso. Casi diría que soy una fiel seguidora de sus historias e indignaciones por Facebook. Otros de sus personajes son Carlota (de Carlota en las alturas o Cuatro vestidos para Carlota), Ruth (Contigo me quedaría), Sara (Dulce Sara) o Olivia (Los ángeles no tienen hélices) y aún me queda por conocer a Gabriela en Saldremos a la lluvia.
Mercedes escribe de una manera cercana, sin tecnicismos de por medio, con un lenguaje asequible, fresco y sencillo que te acuna por completo. Poniendo todas las emociones y sentimientos a flor de piel, tanto, que llega a la tuya sin obstáculos. Si queréis iniciaros con ella tenéis que leer Contigo me quedaría. Hasta el momento, bajo mi punto de vista, es la mejor novela que tiene. Porque está basada en vivencias reales, con nombres reales, con dolor real, cortante y desgarrador.

    Aspectos positivos y negativos: he calificado a este libro con 3 ⭐ en GoodReads - puedes encontrarme como Carol Sanguez -. Los aspectos positivos creo que en el caso de Mercedes es imposible no tenerlos en cuenta aunque en este caso no ha llegado a encantarme del todo la novela. Como siempre una una buena estructura, unos capítulos cortos y un libro con poco exceso de páginas. A la autora no le gusta irse por las ramas, lo cuenta todo con el mínimo de hojas porque ¿para qué alargar algo que olemos casi desde el principio después del capítulo veintiséis? Os prometo que La culpa (capítulo 26) es lo más doloroso que vais a leer. Es un zasca en toda regla. En ese momento creo que era consciente de cómo iba a acabar la novela pero buscaba a una Rebeca de la que ya os digo idealicé por completo. No obstante, lo único que he sacado bueno de este libro no es su extensión, no es la utilización del lenguaje escrito... ¡Sino que me hizo recordar una escena de Upa Dance! ¿Os lo podéis creer? O sea. Estaba yo, tranquilamente leyendo, cuando en uno de los capítulos Lucas hace una presentación de sus fotografías y en una de ellas aparece una persona especial, esta se entera de que se ha tomado el atrevimiento de hacer tal cosa y claro mi cabeza voló en ese momento. ¿Recordáis a Ingrid la bailarina pelirroja, amiga de Lola, que salía con su profesor de música? Bueno pues estuvo saliendo en algunos episodios con un fotógrafo y le hizo unas fotos, semidesnuda, nada más despertarse. Una de esas fotografías apareció publicada en forma de pósters en plena calle. Imaginaos el percal. Inscrita en una escuela de baile prestigiosa y ella dándolo todo ante una cámara. Una fotografía vista por todos los viandantes. Os pondría un video de YouTube en el que apareciera esa escena pero sintiéndolo mucho no la he encontrado. Quienes seáis fanáticos de Upa Dance como yo creo que podréis saborear el cabreo de Ingrid.
Después de esta rememoración, solo me queda decir que leer tantas veces a una misma autora hace que te crees unas expectativas que pueden cumplirse y que, en este caso, mucho más alejados de la realidad, ha dado fin a la historia de una forma en la que yo no quería que terminase. No puede llover a gusto de todos, es totalmente comprensible. Supongo que el amor estaba en el aire y nuestra protagonista lo agarró con las dos manos. Así que esa es la parte negativa. No sabía como iba a acabar, pero sí con quien. Y no lo quería así. Me habría gustado que nos hubiera dado a los lectores otro giro en los acontecimientos, aunque eso supusiera tener que añadirle páginas a la historia. ¡Necesito giros mercedescos! De esos que me cogen el corazón en un puño. Con deciros que empecé la novela y en un día me puse por el 50% de ella. Claro... ¡Hasta llegar al maldito capítulo 26! Ahí se me cortó la vida. Se partió mi alma en mil pedazos buscando un ápice de humanidad. O un milagro en este caso.

Porque el amor significa poner las necesidades del otro por encima de las nuestras - grita con la voz rota.

    ¿Recomendado?: por supuesto. Recomiendo a Mercedes Alonso por cada rincón, pero quizá este no es el libro con el que yo empezaría a leerla. Como ya os he dicho anteriormente, Contigo me quedaría aguarda una preciosa, aunque triste, historia. Quien sea amante de los animales seguro que la disfrutará al 100%. En este caso me ha faltado garra por parte de Rebeca y un giro en los acontecimientos para no olerme tan de cerca cuál iba a ser el final de la novela.

En definitiva, Una canción de amor es una historia de segundas oportunidades. En ella conoceremos el amor y, sobre todo, el sabor amargo y ácido del desamor. Viajaremos con Rebeca y su constante lucha por olvidar aquello que sintió, a flor de piel, haciendo de su vida una constante montaña rusa, compartida con niños y ancianos, y viéndose defraudada por Cupido, no una sino dos veces, entendiendo que el amor, al igual que el hambre, se pueden alimentar encontrando un menú completo o, en este caso, un hombre completo.