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Reseña | El Paciente de Juan Gómez-Jurado

JUAN GÓMEZ-JURADO | EL PACIENTE | AÑO 2014 | 480 PÁGINAS | ESPASA 
ISBN: 9788408122913
 | 3,5/5 🌟 | COMPRAR AQUÍ: PLANETA AMAZON

Cuando el año pasado leí a Juan Gómez-Jurado por primera vez sabía que volvería a recurrir a sus novelas otra y otra vez. En este caso me atreví a preguntarle al propio autor qué libro me recomendaba, una vez finalizada la lectura de «Reina Roja» (reseña aquí), y me envió a «El Paciente», que es la reseña que os traigo hoy aquí. Como veis he sido fiel a Juan y me he ido rauda y veloz a por este libro. Aunque por supuesto no podía contar si la compañía de dos grandísimas bloguers que se han unido a esta lectura y que son Meg (Cuervo de alas rotas) y Sandra (Mi viaje literario). ¿Qué mejor que leer en compañía? En mi contra diré que yo fui la que les propuse a ambas leerlo, para poder comentarlos con Cris (Bajo la piel de un lector), y fui la última en leerlo 😂, pero aquí estoy cumpliendo con ellas (sorry not sorry 😀)

    Portada y título: a ver, seamos honestos. La portada es de lo más simple, pero a su vez viene acompañada de una frase superior que solo hace crearte ese ansia viva porque, siendo honestos, es como poco atrayente no soy un terrorista, ni un loco, ni un asesino. Sólo soy un padre... y esta es mi historia. O sea casi sin quererlo el autor te ha dicho que un padre de familia, va a tener problemas y que entre ellos hay un asesinato de por medio. En una frase te ha destripado la historia. Creo que no es necesario ni leer sinopsis porque ya lo tienes ahí en bandeja de plata. Por otra parte, el título, también de lo más simple, te da alguna pista aunque cualquier persona que lo leyese pensaría que hablan sobre una persona que mantiene una aptitud ante la vida apaciguada. Y no. No es precisamente eso lo que vamos a encontrarnos, pero esto ya os lo voy a contar más adelante.

    Estructura interna y estilo del autor: quien ha leído a Juan Gómez-Jurado sabe que su estilo es cercano. No se deja llevar por los tecnicismos, para quedar bien ante el lector, sino que se deja llevar por una jerga actualizada en la que hay cabida también para las RRSS y el uso de las tecnologías. Además, como supongo que hará en todos sus libros utiliza el recurso cliffhanger, con el que se siente de lo más a gusto pues sabe dónde poner la miel en los labios para que sigamos leyendo, un capítulo tras otro. Lo bueno de sus novelas es que tiene capítulos cortos, aunque como podéis comprobar no es que escatime en páginas. Sin embargo, cuando te has terminado de leer uno tiendes a preguntarte ¿ya? y, por consiguiente, determinas que debes leer más. Los libros que he leído de Gómez-Jurado tienen esa particularidad que nos encanta a los lectores que hace que los libros se lean prácticamente solos. La estructura del libro se divide en capítulos, diferenciados numéricamente, pero también tendremos otros en los que otro personaje tendrá su protagonismo u otros en los que nos van delimitando las horas que quedan para que acabe de resolverse "el caso".

Sé bien lo que es recibir una noticia que pone tu mundo patas arriba. El corazón se detiene por una fracción de segundo, como si te hubiesen robado un latido, porque tu cuerpo reacciona antes que tu mente, y le gustaría detener el tiempo en ese preciso momento. Pero el mundo no va a pararse aunque tu corazón lo haga, así que sigue latiendo, y la información llega a tu cerebro.

    Personajes: no estamos ni mucho menos ante una novela coral, pero sí que podríamos decir que hay una cantidad de personajes que son relevantes para integrarnos en la historia. Entre ellos destacar a David Evans, Kate Robson, el señor White y, hay otro que aunque no intervenga si que está presente a lo largo de la trama, que se trata del presidente de los Estados Unidos. Este último personaje tendrá algunos diálogos, pero no es importante por lo que habla sino porque todo lo que se acontece en las páginas gira entorno a él. 
David Evans, es un padre de familia viudo que se hace cargo de su hija, Julia, a medias con una niñera llamada Svetlana. Tras la muerte de su mujer se ha refugiado en su trabajo como neurocirujano en el hospital exclusivo Saint Claire, al que solo podría acceder la élite de la sociedad. Es por esta razón por la que no disfruta a penas de su hija, pues le recuerda tanto a Rachel que prefiere estar encerrado, salvando vidas, que en cualquier estancia de su casa que le recuerde su condición de viudedad. Además, el haber sido un niño adoptado se enriqueció del trabajo de sus padres en el ámbito sanitario por lo que se podría decir que el hospital es, desde la muerte de su mujer, su primera casa. Se siente como pez en el agua compartiendo quirófano con sus compañeros de trabajo. Dave se nos presenta como una persona a la que le gusta tener todo bajo control, que se desenvuelve bien en su trabajo y le gusta lo que hace, y que si debe anteponer las necesidades de otro ser humano sobre las suyas lo hace sin ningún tipo de problema y sin que pertenezca a la clase alta de la sociedad. En particular me ha entrañado este personaje, pero se hacía mucho hincapié en ese poso de tristeza en el que estaba aferrado desde que su esposa le dejó. Intenta por todos los medios ser, no solo un buen padre, sino una buena persona. Sinceramente no he visto una gran evolución en él, aunque sí en parte de manera forzada. La naturalidad que tiene Juan a la hora de escribir la ha perdido con la caracterización que le ha dado al personaje, aunque como decía Ortega y Gasset “Yo soy yo y mis circunstancias”. Supongo que por las circunstancias en las que se ha visto envuelto le han hecho tener esa personalidad a veces impuesta porque la ocasión lo merecía.
En el caso de Kate Robson, hermana de Rachel y, por lo tanto, cuñada de Evans, es una agente especial del Servicio Secreto que se encarga de proteger a la Primera Dama; es decir, a la mujer del presidente. Con ella he llegado a empatizar un poco más que con Dave. Simplemente por el hecho de que me ha parecido la segundona; que no la pequeña de la familia. En Robson vemos lo que muchos hermanos padecen. Padres que focalizan su atención en el mayor, porque es más exitoso y no hacen nada de caso en el último en llegar. Las relaciones entre Kate con sus padres desde la muerte de Rachel es prácticamente inexistente. Ella ve también en su trabajo una vía de escape. Una manera de salvaguardar sus sentimientos haciéndose por una vez la fuerte y la protagonista de la vida de otra persona a la que aprecia más que a su familia; se podría decir. La Primera Dama se ha convertido sin quererlo en el talón de Aquiles para la agente. Por ello, cuando conoce las intenciones de su cuñado Evans, tiene que debatirse entre la vida de su sobrina Julia o la del hombre más importante para su protegida Renaissance (nombre en clave de la Primera Dama). Kate, a la que también le gusta tener todo bajo control, se las ingeniará para que ninguno de los dos asesinatos ocurran, pero como siempre, la suerte no está de su parte. Ni cuando era pequeña, ni ahora de adulta. En ella se desdibuja un alma partida en dos, una hija deseada pero no querida, una agente a la que se le tambalean los planes, sin quererlo ni pretenderlo, y una mujer con muchos claroscuros.

«Tú no perteneces a este mundo, Julia. Tu mundo es el de los juegos y las muñecas y los lugares seguros, donde una sábana es capaz de protegerte de los monstruos durante toda la noche. Y voy a asegurarme de que vuelvas a él.»

Y por último el señor White. El más sanguinario de todos. Como bien lo define Gómez-Jurado un psicópata sin escrúpulos. El cabecilla de toda la trama. El que quiere acabar con el Presidente cueste lo que cueste. O con la vida de Julia, si Evans no pone fin a los latidos del gobernador. En todo momento desconocemos cuál es su nombre de pila, pero lo que sí nos deja claro el autor es que él mueve todos y cada uno de los hilos para llevar a cabo el asesinato del presidente sin siquiera ser él quien lo ejecute. Siempre tiene el viento a su favor, y cuando cualquiera ha llegado a sus tejemanejes él ha ido y vuelto mil veces. Sin duda es el más controlador de los personajes. A Dave y Kate les gustaba tener todo bajo control, pero con el señor White nada, y digo nada, está previsto. Entre las páginas nos da pequeñas pistas de porqué es así. Quizá no sea neurocirujano como el doctor Evans o agente secreto como Kate, pero debajo de ese pelo rubio se configuraba un monstruo controlador y destructor social. En todo el libro se mantiene como un ser insensible, déspota, emocionalmente estable, manipulador y seguro de sí mismo y de que todos los que le rodean cumplan sus órdenes a rajatabla. Contaros más de él sería desengranar mucho más una personalidad plausible por lo que es mejor que lo leáis vosotros mismos. Lo único que es seguro es que nunca os gustaría tropezar con un espécimen igual.

Para White no era suficiente. Él quería dibujar el mapa completo de la voluntad humana. No sólo para tener el mando a distancia definitivo, como se justificaba a sí mismo. En el trasfondo de aquel proceso existía el secreto deseo de comprender su propia naturaleza. Él era un monstruo, y lo sabía. Y como todos los monstruos era presa de su propia soledad, una soledad particular. Si conseguía dominar las emociones y la empatía de otros, podría tal vez entender aquellas que le faltaban, ese gran hueco en el centro de su corazón que sólo llenaba con vanidad, consiguiendo un logro tras otro.

    Trama: la trama gira entorno a la desaparición del presidente a manos del neurocirujano Dave Evans. Sobre él recae todo el peso de la vida de su hija Julia y, sobre todo, de que todo salga a pedir de boca, porque no le será fácil acercarse al equipo médico del gobernador de los Estados Unidos, y conseguir que le escojan como cirujano en esta difícil a la par que dura operación. 
La trama del asesinato en cubierto del presidente se irá dando con otras subtramas como la operación de vida o muerte de Jamaal Carter, los resquicios que han quedado entre Aura y Jim Robson, padres de la difunta Rachel y la olvidada Kate, la enemistad entre Evans y su antiguo y odiado jefe el doctor Hockstetter y el inesperado asesinato de Svetlana.
Junto a todo ello, como bien os he desarrollado en los personajes, se irán desarrollando caracteres totalmente opuestos, unos personajes con objetivos comunes y de los cuales solo uno de ellos se puede alcanzar.

    Aspectos positivos y negativos: no hay que ser muy ávido para darse cuenta de que no me ha apasionado la historia del todo. Teniendo en cuenta que ya conozco la manera de escribir de Juan Gómez-Jurado he de decir que no me ha sorprendido igual de bien que «Reina Roja». Bien es cierto que al autor le ha dado tiempo a desarrollarse más como escritor de thrillers y que con Antonia Scott lo borda, pero me ha faltado esa esencia que albergaban todas las páginas de su último libro. Bueno, último hasta dentro de unos días que llegará a nuestras librerías «Loba negra»; ¡estoy deseando leerlo!
Lo positivo que saco de todo esto es que Juan sigue jugando con el recurso espaciotemporal y eso siempre es bienvenido en una novela para que no se haga pesada y lineal. Además de ello, utiliza dos voces por lo que podremos conocer los sentimientos que alberga Dave Evans y su cuñada Kate Robson, otro punto a favor. Lo que no me ha gustado tanto es cómo se ha ido desarrollando el libro. Prácticamente nada más abrir las páginas nos encontramos con las horas cruciales de las que dispone Evans para borrar del mapa al presidente 63 horas antes de la operación, reza en primera linea. Es decir, en todo momento es una cuenta atrás, intercalando los capítulos de desasosiego del padre de Julia y el incontrolable deseo de Kate por acabar con el señor White sin que éste sepa de su existencia, en la medida de lo posible. Más bien para que éste no se percate de que ella sabe cuáles son sus intenciones y así no corromper la ruptura de sus planes. En algunos momentos el discurso de Dave se me ha hecho cargante, repetitivo y que no tenía mucho más que aportar, sentía constantemente la necesidad de verlo en acción. Cuando se salía de su faceta de neurocirujano y se iba de repente a lo vivido con Kate, era un constante tira y afloja. Sin embargo, los de Kate me han supuesto un sufrimiento como hija olvidada por sus padres. El sentimiento que perduraba de lastre para su familia y la madurez que ha tenido que ponerle a todos sus actos desde que nació y se convirtió en hermana de Kate, el ojo derecho de sus padres.

La voz le tembló, y se detuvo, conteniendo la emoción.
Estoy acostumbrado a que los pacientes se abran y cuenten sus intimidades en mi consulta. Todos acaban haciéndolo antes o después, incluso los más fuertes o reservados. Porque necesitan creer en mí, en ellos mismos, en sus propias posibilidades. Todos tienen algo que explicar sobre sí mismos, algo que decir, y el hecho de ver la muerte de cerca acucia esa necesidad.
Como si mi mano fuese a ser más precisa porque ellos mereciesen vivir. Como si me correspondiese a mí juzgarlo o tuviese la potestad de cambiar las cosas.

No obstante, diré a favor del libro que al tener capítulos cortos se te hacen más llevaderos y amenos, independiente del sentimiento que te pueda despertar cada uno de los personajes. Sin embargo, Julia que era la más afectada de todos a penas ha estado presente, menos en el recuerdo de su padre y en el corazón de su tía.
¡Ah! Antes de poner punto y final a este apartado, mencionar algo que me ha parecido plausible del autor y es que no deja su alma de periodista en ningún resquicio. Sin ir más lejos, ha hecho una crítica a todas esas fake news o más bien a todas esas noticias y titulares de los periódicos que, como dice Jurado, no se dividían en verdades y mentiras. Sólo quedaban mentiras fáciles de consumir. Y a mí me encanta que, a pesar de que esté echando piedras sobre el tejado de su profesión, una persona sea honesta y crítica con la desinformación que acontece en los portales periodísticos y que van más allá de la información creando sensacionalismo. 

En definitiva, «El Paciente» no es la primera novela de Juan Gómez-Jurado por lo que podemos disfrutar de una prosa ágil, bien intercalada y sin excesivo uso de tecnicismos o menciones a departamentos que se escapen de nuestra sabiduría. Entre las páginas vamos a conocer a un padre que vive en una constante lucha por el recuerdo de su difunta mujer Kate y por el posible asesinato que va a acontecer, a menos que le ponga remedio y apague los órganos del presidente de los Estados Unidos. Una trama que tiene personajes con lastres diferentes, pero con un objetivo común salvar la vida de una niña y un adulto sin dejar demasiados cadáveres por el camino. Un libro que despierta los sentimientos de un lector que se mantiene entre sus páginas a contrarreloj.


5 comentarios:

  1. Hellooooo!
    Ay, la verdad es que no he oído mucho que digamos sobre este libro, y sin duda se ve bueno :# Ya veremos qué tal. De momento lo dejo pasar porque no estoy muy segura que digamos de si es una lectura para mí, pero luego te contaré qué me parece.
    ¡MUCHAS GRACIAS POR TU HERMOSA RESEÑA! MIL GRACIAS POR TU BELLO POST <3
    ¡Un beso! Nos leemos :)
    ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️ ❤️

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  2. ¡Hola! No he leído nada del autor pero este librito no me importaría leerlo. Un besote :)

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  3. ¡¡Carol!! Así me gusta, que aunque hayan pasado unos meses, cumplas con tus promesas de reseña. Cómo se nota que se acerca "Loba negra", ¿eh?😉
    Aunque haya pasado un tiempo, sabes que coincido contigo en las sensaciones de que Juan juega con nosotros con esos capítulos cortos que te dejan con ganas de más, aunque también es verdad que Dave a veces es un pelín pesado, le da mil vueltas a las cosas y no se anima a la acción. Para eso tenemos a nuestra Kate, para mí, la mejor del libro, estaba deseando que llegaran sus capítulos.
    Un besote fuerte

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  4. Guapa!!! Conociéndote, sé que esa niña sola te ha dolido en el alma y eso no se lo perdonas a Juan jajaja

    Me alegro mucho de que os animarais las tres a leerlo y que al menos os mantuviera entretenidas durante su lectura, y ya de paso me lo refrescasteis mientras lo comentabais...que la verdad es que no me acordaba de mucho. Solo tengo el recuerdo de que me enganchó muchísimo y poco más jajaja No me acuerdo de la niña, ni de su tía, ni siquiera del personaje plano de Dave. O sea...que no me acuerdo de una m...da.🤣 Pero es que lo leí hace mucho y además fue de mis primeros thrillers.

    Si lo volviera a leer probablemente me pasaría como a vosotras, después de todo el bagaje de thrillers que tenemos y habiendo leído "Reina roja" antes, el disfrute no sería el mismo. Estoy segura. Ahora solo nos queda frotarnos las manos mientras esperamos "Loba negra" y ver si nuestras suposiciones son reales o no ;)

    Besazo guapa

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  5. ¡Hola!
    No lo he leído y no me llama especialmente así que lo descarto. Gracias por tu reseña.
    ¡Un besazo! 💛

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