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Reseña | Todas somos Blancanieves de Mercedes Silvestre Segovia

MERCEDES SILVESTRE SEGOVIA | TODAS SOMOS BLANCANIEVES | AÑO 2018 | 170 PÁGINAS |  CALIGRAMA EDITORIAL
ISBN: 
9788417447250 | 1/5 ⭐ | COMPRAR AQUÍ: CALIGRAMA  AMAZON

Toda persona que me conoce sabe que soy pro historias cortas. Sin embargo, quien me conoce, también sabe que no tengo pelos en la lengua para hablaros de lo bien o lo mal que me lo he pasado con ellas. Y ésta, además de que lo deja claro, ha sido todo un hallazgo. ¿Aventura? Sí. Ha sido toda una aventura leer este ejemplar. Tanto como hacer puenting sin cuerda o paracaidismo sin paracaidas

    Portada y título: dicen nunca juzgues a un libro por su portada; por desgracia es lo que hago constantemente. Es algo que no puedo dejar de hacer de forma consciente. Una portada bonita, como esta, con una fuente llamativa, como esta, y un título chispeante, como este, son el conjuro perfecto para que mi yo lector despierte todos sus sentidos y decida emprenderme en su lectura. Craso error. Y así me va, que cuando termine el año, si la cosa sigue con buen pie, podré haceros, ¡mínimo!, un top five de las peores lecturas del año. ¿Qué digo del año? Del siglo. 

    Estructura interna: las 170 páginas ya nos dicen sin hablar que se trata de una novela que va a tener un planteamiento, nudo y desenlace de lo más veloces. Y así es. Aunque, para mi, creo que en la parte del planteamiento la autora se la ha saltado a la torera porque aparentemente nos presenta a la protagonista (que no protagonistas como se nos vende en la propia portada con la frase aventuras de dos ancianas adolescentes) y en seguida estamos en el meollo de la cuestión (que más tarde os contaré en la trama; otro punto que no tiene desperdicio alguno). A lo largo de toooooooda la historia acompañamos a Cándida, nuestra prota, y sin ella ¿qué sería de nosotros? Mucho. Ya os lo digo yo. Lo único bueno que tiene es que los capítulos son cortos. Estos están numerados con cifras romanas y con un breve título que da pie a ponernos un poco en situación de lo que ocurrirá en su interior, como por ejemplo Capítulo VI El tren nos podemos imaginar que ese capítulo estará desarrollado en el tren, Capítulo XIII Ligando sin duda nuestra protagonista le está echando el anzuelo a algún pececillo que encuentra a su paso, y así sucesivamente.

Solamente pido al camarero cava y un poco de zumo de naranja para mezclar y me enfrasco en la lectura del libro que llevo. No quiero comer nada en el tren porque todo eso engorda mucho y yo no puedo perder mi cintura, sobre todo ahora que tengo una cita en París. [...]
- Menos mal que mantienes el peso y conservas bastante bien el tipo pese a tus muchos años.
- Gracias a las broncas que me das con las cenas de proteínas.

    Personajes: como os decía Cándida, conocida también como Candi (porque menudo pastel el que nos deja Mercedes entre las páginas), es nuestra protagonista estrella (o estrellada, todo sea dicho de paso). No obstante, no sería nada de ella sin la presencia (no tan en cuerpo sino muy en mente) de Jannett, la cuñadísima; Pepón, el camionero que lleva al huerto a Candi Candi cada vez que se tercia y esta se deja; Adrián, el affeire ferrocarrilario de nuestra protagonista; menciones a su hermano fallecido (sí, el maridísimo de Jannett, al que no se le dedica ni un mensaje cariñoso, y ya no te digo ni una lágrima) y su ex marido de cuyo nombre no quiero acordarme si es que se ha dejado por escrito.
Como no quiero extenderme mucho con los personajes secundarios solo os diré que el ex marido de Cándida me ha parecido de lo más pesado y rastrero. Chico (por llamarle de alguna manera suave) si no quiere seguir contigo no te arrastres más, no es necesario ir de reptil por la vida.
Con Jannett ha sido todo coser y cantar porque nada más que con su primera intervención, vía WhatsApp, yo ya sabía que le iba a coger una inquina que no se iba a despojar de mi hasta que no terminase el libro. Y así es. Valiente anciana está ésta hecha. Y es que con esta frase hasta vosotros la vais a odiar, y dice así: ¿Y por qué no lo violas tú? Serías la heroína de las feministas: mujer de ochenta y nueve años seduce a un muchacho guapo de cincuenta años, lo lleva a la habitación del hotel y lo viola miserablemente. Después, lo abandona para que pague él la cuenta del hotel. ¡JODER! Si es que con esta cita que os he dejado es imposible cogerle, siquiera, un poquitín de cariño. 
Y por último las amiguísimas del gym de Candi. Del gym y del ñam porque son unas brujas verdes. Y no hago mía la palabra vieja porque todavía me queda un pelín de educación. Esas con las que me gustaría estar cara a cara y decirles de todo menos bonita. Las que se dedican a juzgar a otras mujeres por sus kilos de más. ¿Quién las juzga a ellas por su educación de menos? Si es que tienen alguna. Porque perdonad que os diga pero, ¿EN QUÉ PUÑETERA PARTE DE ESTE LIBRO HAY UN FISQUITO DE SORORIDAD? Ya os lo digo yo, en ninguna p*** parte de las 170 páginas que tiene este "libro"; por no llamarle bazofia. He aquí otra cita que os dejo para que os deleitéis: - Claro, porque todavía no te había visto desnuda, con todas esas lorzas colgando que escondes con las fajas ortopédicas que usas. ¿Acaso crees que te habría durado un segundo cuando te hubiera visto desprenderte del acorazado? ¡Anda, tía, cállate ya y déjanos bailar!... ¿Perdona? Y he aquí el estereotipo de todos los estereotipos habidos y por haber del mundo que dice así: Está gordita, pero como todas las gordis es una mujer feliz. ¡HOSTIA P***! ¿Pero que me está contando señora Silvestre Segovia? ¿La grasa es nuestra hormona de la felicidad? ¿Es nuestra endorfina, dopamina y serotonina? Apaga y vámonos. Es como si las personas. que no tenemos un cuerpo normativo, no tuviéramos cabida dentro de esta sociedad que tan obsesionada está con los cánones de belleza.

¡LA GUINDA DEL PASTEL! Cándida. La protagonista de las protagonistas. Una anciana de, casi ochenta años, setenta y nueve para ser exactos (y no ochenta y nueve como dice Jannett en su primera intervención; que os he dejado más arriba por si no la habéis leído y queréis odiarla más aún si cabe ⤴). Lo más superficial con lo que me he topado. Que yo me apiado de ella porque me ocurre con las portadas pero, ¿con los cuerpos? Ni hablar del peluquín madmoiselle. Antes me saco los ojos que meterme con el físico de nadie. Dichosos nuestros ojos que pueden ver, pero afortunadas (aunque no sea así) las personas ciegas porque ellas conocen el amor verdadero más allá de la apariencia. ¿Cómo un mismo personaje puede desprender tanta fealdad en una misma historia? Involucionar era imposible, porque desde el minuto uno ha sido un quiero y no puedo, pero ¿evolucionar aunque fuera un poquitín? No era para nada difícil. Más bien nos hubiera hecho un favor la autora. Tenía la esperanza de que hubiera un mensaje final (yo y mis esperanzas fallidas) y lo que me he dado es de bruces contra el suelo. Mira que he leído libros con personajes insoportables. Este creo que se lleva la palma. Esta historia estaría en la primera en mi top five. ¿Cómo puede una mujer formar una protagonista tan abominable y repelente? ¿Cómo puede tirar por la borda todo el amor propio que debería tenerse el ser humano por el simple hecho de existir? ¿Cómo puede cargarse el empoderamiento y la sororidad en menos de 200 páginas? ¿Por qué? Simplemente por el hecho de que puede. Ya os he dicho que en la ficción todo es válido. Y este es un ejemplo de que no tiene que ser así. 
Cándida, Cándida, Cándida. ¿Qué habré hecho yo para merecer un personaje tan insulso y a la vez tan variopinto? Sin duda, darle una oportunidad (o más de una) a esta ficción. Que nos pensamos que en la ficción todo vale pero no señores. Aquí no se nos puede dar gato por liebre. El lector no debería estar dispuesto a soportar una serie de expresiones o invenciones de los autores. Me niego en rotundo.

Nunca me había visto así. Yo siempre me miro en el espejo de mi baño, que tiene poca luz, en los espejos de mi dormitorio a primera hora de la mañana o a última hora de la noche, con las lamparillas de las mesillas de noche encendidas. Con esa poca claridad, todos los gatos son pardos, pero ahora, con esta luz...
Se me ha olvidado la lesión de la costilla; ya no me duele nada y no tengo ganas de ponerme la venda. Lo que quiero es echarme a llorar. ¿Cómo vas a soñar teniendo esos brazos? Porque lo que he visto en el espejo es a una pobre anciana con unos brazos musculados pero llenos de arrugas. Bueno, depende de la postura: si me pongo así, no se notan, pero si los levanto así... Pues ya ves, guapita, estás hecha una pasa.
[...] Me pongo a llorar como una colegiala. Cándida, no estás tan mal. Son solo los brazos, no seas estúpida; no eres una niña para ponerte a gimotear porque has descubierto que tienes granos. Eres quien eres, una tía estupenda de casi ochenta años. Ya quisiera una cuarentona tener tu cuerpo serrano. Deja ya de lloriquear, que no tienes tampoco estrógenos que justifiquen este llanto.

    Trama: no sabría por donde meter mano para explicaros cuál es la trama, si es que la hay. La cosa es que Cándida está muy perdida en la vida y eso lo podemos percibir desde que leemos la primera palabra hasta la última. Su vida se resume en seguir trabajando a sus casi ochenta años y no dejar de sentirse ocupada. Entre tanto ella conoce hombres, convive con la amistad de su ex marido, con las locuras de su cuñada Jannett y sus clases en el gimnasio. Total para la edad que tiene (que no es que lo diga yo sino que lo refiere la misma durante todo el libro, porque eso sí a lo que es el físico y la edad se hace referencia capítulo sí y capítulo también) está estupenda, aunque le dé de vez en cuando un brote de inseguridad y crisis de los preochenta.
Digamos que lo que Candi quiere vivir es una segunda juventud, con enamoramiento incluido, y hará todo lo que esté en su mano si ello significa comprarse todos los potingues y realizarse todos los tratamientos que existan para tener la piel tersa como el culito de un bebé. Todo lo demás, está de más. Nos vamos moviendo entre incertidumbres, affaires y despropósitos. No hay ni un solo capítulo que se salve. Todos ellos son una sarta de memeces que creo no representan ni al colectivo de las féminas ni tan siquiera a las que comparten esas edades.

Otro asuntillo relacionado con la edad son los preparativos de cualquier viajecito. Antes, cuando era joven, solo tenía que meter un pijama, unas bragas y el cepillo de dientes; y hala, a viajar. Incluso usaba el bolso de mano. Ahora necesito muchas más cosas_ primero las medicinas, que no se me olviden. La de la tensión, la del colesterol, las vitaminas de todas las letras, el colágeno marino, la aspirina infantil, la Melatonina, y el Lormetazepan, y eso aparte de todos los tarros de cremas, sérums, limpiadoras...

    Pluma de la autora:  antes de entrar en el tema narración, quiero dejar claro que en la historia notamos con claridad lo novel de la autora (cosa que no juzgo, por algo se empieza). Y he aquí unos ejemplos de ello: al comienzo de la historia Jannett le manda un wassap a Cándida y en él escribe ochenta y nueve años ❌ Candi tiene setenta y nueve años ✅; a punto de cumplir los ochenta. También se dice que la protagonista sigue trabajando como veterinaria (Capítulo VII. La confesión) cuando antes (Capítulo V. Culos) dice ser especialista en Medicina Estética Tecnológica; ¿a qué se dedica entonces Candi? 
Centrándonos en la parte de la redacción podríamos decir que Mercedes es un vaivén, un batiburrillo de emociones y una montaña rusa que viene y que va, que sube y que baja porque intenta conectar pero, al lector le es fácil desconectar. Es una persiana que se enrolla y se desenrolla a su gusto. Sin embargo, como escribe no es lo que más me ha molestado, ni siquiera el trato de la propia autora al género o simplemente que la he visto a ella reflejada en su historia. Esto último no me molesta, más que nada lo que me preocupa es que tenga una falsa autoestima construída de su propio autoconcepto. Es decir, que se vea (y ya os digo que no quiero hacer mía la palabra vieja; ni siquiera la quiero en mi diccionario mental, pero tengo que utilizarlo para entendáis mi decepción al leer este libro) vieja, estropeada, blandiblú, poco (o nada) agraciada, avergonzada de sí misma, de su cuerpo, de su cara,... ¡Y que no lo haga de sus palabras! Es decir. Escribe un libro en el que te vende empoderamiento y en un capítulo lees como la protagonista se mira al espejo, examina y analiza milímetro a milímetro su piel, sus estrías, sus arrugas, su celulitis... Y tengo que aguantar que se diga de todo (porque somos nuestro peor enemigo) ante su retrato. No. No lo veo. Que me venda empoderamiento cuando es todo lo contrario pero, ¿qué encima peque de renunciar a la sororidad? No, de ninguna manera. Por ese aro yo no paso. Podéis remitiros a las citas que os estoy dejando por la reseña, os hago llegar la simplicidad de los personajes ¿reales? sí, pero no representativos. A mi no me representa, no la señora de ochenta años sino sus juicios físicos y de poco valor. ¡QUE NO SOMOS UN CUERPO A SECAS! Bastante tenemos que luchar para que se nos haga valer como para encima darle la razón a los hombres de que somos un trozo de carne que sino nos cuidamos al final acabaremos gordas, en apuros y con una casa llena de gatos porque ni estos nos van a querer por lo que somos sino porque les alimentamos y les damos amor. Venga ya hombre. Eso se lo vendes a otra persona, porque yo que he tenido que sufrir los insultos, los desdenes y las miradas, de aquellos que dicen tener un cuerpo no de diez sino de cien, de personas que me han juzgado por como soy por fuera no obtendrán ni un minuto de gloria de mi tiempo para regocijarse en mi baja autoestima. Yo decido a qué opiniones les doy o no validez. No perdamos la potestad de decidir sobre nuestro cuerpo. Y mucho menos de que los demás lo hagan porque compartamos género. Si alguien no está acorde con la melodía de sus pasos es problema suyo, puede seguir el mismo ritmo o cambiar categoría musical. No hay un mismo compás para todos; ni hombres ni mujeres nos tenemos que dejar encauzar por nadie. Somos imperfectos por naturaleza. Nadie, en su sano juicio, diría que no tiene una pizca de complejo sobre cualquier tontería. Pero son sus complejos y de nadie más y quien tiene que quererlos u odiarlos es esa persona, no otra. Quiérete como eres porque, ¿sino te quieres tú quién te va a querer?

Creo que esto va a ser casi tan difícil como confesarse. ¿Se puede creer alguien que una vieja de casi ochenta años haya pecado de lujuria con un pibón de cincuenta? Realmente, a mí me lo dicen y no me lo creo.

    Aspectos positivos y negativos: he calificado este libro con 1 ⭐ en GoodReads - puedes encontrarme como Etérea Sanguez -. Dad gracias que me he tomado la molestia de calificarlo porque por mi lo habría dejado aparcado y a otra cosa mariposa.
Me estuve documentando un poco sobre la autora. Quería saber el motivo que podía haber tenido para escribir semejante 'historia' y eureka! Me di cuenta de que ella misma se vende como médico, especialista en belleza y conseguir la eterna juventud sin cirugía. Partiendo de esta base es cuando empecé a comprender el motivo real del porqué de su publicación. También me he tomado la libertad (y no voy a compartir su perfil, quien quiera que se saque las castañas del fuego como pueda; solo me faltaba hacerle publicidad con lo mal que lo he pasado leyendo su 'novela') de ver qué tipo de publicaciones hace. Más que nada la parte multimedia. Las imágenes que comparte, qué suele escribir, etc, etc. Y voy y no me encuentro con otra cosa que con lo siguiente: dame click que no tengo desperdicio (por supuesto como ya os he dicho no os voy a dejar el enlace a su perfil de nada, esta imagen es la misma que ha subido ella pero sacada de Google imágenes). Ehm... ¿Me explicas? Si ella se refiriese a sus clientas como estás gordita pero tranquila que las gordis sois felices, ¿cuántas creéis que se quedarían a recibir uno solo de sus tratamientos? Me da igual que quien quiera se poliopere, si es lo que quiere y se siente bien consigo misma perfecto (y hablo en femenino porque la protagonista es femenina y estoy en pleno apogeo de hablar sobre la apariencia de la mujer que tanto se machaca diariamente y que tenemos que aguantar una serie de cosas que nos podían poner un altar de punta a punta del país por mordernos la lengua a veces). Así que, ¿qué confianza me da una autora que de por sí con sus publicaciones me está dejando clara cuál es su postura ante la no belleza? Porque, ¿qué es la belleza? ¿Eso se come? ¿Es este concepto algo empírico? Que no, que esto es de lo más abstracto. Lo que a unos gusta a otros no. ¿Quién narices es un autor/a para hacer apología de la gordofobia en su libro? Pregunto. ¿Es que queremos ponernos al filo de la navaja y no sabemos cómo? A mi porque me ha cogido con esta edad, pero si yo hubiera leído este libro (aunque la protagonista sea una octogenaria) ¿no podría haberme causado un trauma del copón? Pues no. No. No. Y no. No tenemos que aguantar ciertas cosas. Estas lecturas deberían estar prohibidas en todos los países. ¿Os acordáis cuando en Alemania los nazis quemaron algunos libros que fueron de lectura prohibida? Pues este debería haberse abrasado junto con muchos otros. Los de ese top five o quien sabe si un top ten tal y como está la cosa.

    ¿Recomendado?: ni de coña. Así de claro. Peco muchas veces de clara y concisa pero es que esto no se puede aguantar. Por supuesto estáis en vuestro derecho de saber si es que soy una exagerada y tengo más razón que una santa, pero iros a GoodReads (clickeame para dirigirme a la plataforma) y leed las opiniones. Solo hay tres calificaciones (la mía 1/5 ⭐), otra de 2/5 ⭐ y la opinión de una chica (1/5 ⭐) que ni siquiera ha podido acabarse el libro de lo insoportable que es Cándida. La nota media del contenido de este libro da pánico hasta a Jack Skellington. Coincido con ella totalmente en que se nos presenta como una mujer madura (aunque no sabe lo que quiere) pero que se comporta como una veinteañera con actitudes más propias de los millennials que de mi abuela que realmente es una ochentona, ¡y a mucha honra!
¡Ah bueno! Y si también queréis evitar encontraros con 'chistecitos' del estilo machista, también os recomiendo que no lo leáis. Aquí va uno de ellos.

- ¿Conoces algún buen abogado?
- Conozco a una mujer, es una profesional magnífica.
- ¿Una mujer? No querrá a una mujer. Él siempre sale con el chistecito del loro y las mujeres cada vez que le digo algo.
- ¿Un chiste? Pero ¿está para chistes en estas circunstancias?
- No, es el chiste de siempre, es muy antiguo. Es ese en el que el hombre se compra un loro y tras varios días lo lleva a la tienda para devolverlo. El dependiente le pregunta si no le ha gustado el loro y él le responde que no, que le ha vendido una lora en vez de un loro y que no para de llevarle la contraria en vez de hablar.

En definitiva, Todas somos Blancanieves es una novela, en la que nos dan gato por liebre, que cuenta la vida diaria y surtida de Cándida, una casi octogenaria, que se dedica a viajar, disfrutar y buscar la eterna juventud allá por donde va. Una historia que se vende como una aventura a cuatro zancadas y donde realmente conocemos a un personaje de lo más superficial, en su intento fallido de chapado a la moderna y de las de consejos vendo que para mi no tengo.


7 comentarios:

  1. Madre mía, ¿Pero y esto lo escribe una mujer? ¿Una mujer hablando de feministas que hacen apología de la violación masculina? ¿Ella haciendo chistes machistas? ¿Incitando a valorarnos sólo por nuestro cuerpo o la opinión que tienen de él los demás? No es escasez de sororidad o empatía, es que ésta tía le ha vendido su alma al diablo. Todos podemos tener algún concepto atrofiado y es normal que siendo autora novel cometa ciertos errores como los que apuntas de su edad y su profesión, hasta ahí sí. ¿Pero y esa mentalidad? ¿La imagen tan horrenda que transmite sobre su propia protagonista? A cuadros estoy. La portada desde luego parecía presagiar una novela bonita que valora la juventud con la que aún viven la vida muchos de nuestros mayores, dándoles un espacio merecido en lugar de ser tratados como enseres. Veo que es justo todo lo contrario. Y que "todas las gordis son felices" me ha dado hasta urticaria, primero porque no veo relación entre felicidad y físico, y segundo porque demuestra mi teoría de que las personas que usan el término "gordi" son precisamente las que se fijan en el físico. Ya hay que estar podrida para compartir este tipo de pensamientos y encima tener la desfachatez de agruparlos en una novela. Puaj.

    Deseando estaba de leer tu reseña, más que nada por asegurarme de no acercarme jamás a este libro :') ODIO muchísimo este tipo de personajes o narraciones porque luego mucha gente se deja llevar por la novela y su propia autoestima se viene a pique, o no incentiva que se generalicen preciosos sentimientos como el de la sororidad. No, en su lugar vende a mujeres que se tachan las unas a las otras, se juzgan, se hieren, compiten. ¡Venga, hasta luego! Que ella sea una blancanieves si quiere, yo paso.

    Un besazo!

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  2. ¡Hola!
    Concuerdo con la chica del comentario de aquí arriba, se veía bastante bonito el libro pero por lo que dices mejor me alejo, no me interesa nada leer esta clase de libros que tratan ciertos temas así.
    Saludos infinitos.

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  3. Ya contaba con información privilegiada y sabía que era una historia de Satán!! jajaja Sinceramente me da pena, no entiendo cómo una historia que puede tener un buen planteamiento y un gran mensaje feminista, se puede torcer de esta manera. Pero estas cosas pasan...y se agradece tu sinceridad.

    Lo de la violación al hombre ya me demostró que el mensaje feminista está equivocado totalmente. Una violación es igual de horrible para una mujer que para un hombre, y el feminismo no se trata de ir contra ellos. Sino de eliminar esas diferencias que acaban provocando las violaciones.

    Y el tema de la gordura lo acabó de rematar. Madre mía. Ya tenemos suficiente con esta sociedad que nos hace esclavos de nuestro físico, como para que encima en libros destinados a un público femenino haya que aguantar más de lo mismo. Uno puede estar gordo o delgado y eso no determina la felicidad. Ser esclavo de una imagen bonita y perfecta no es empoderamiento, eso es otra cosa que esta historia desde luego no destila. No hay que vender mensajes equivocados.

    El tema de los errores de la autora, pues bueno...puede ocurrir, aunque lo de la edad es grave jajaja

    Iré a goodreads a echar un vistazo a las otras opiniones, que me has dado curiosidad ;)

    Yo desde luego no leeré este título, no comparto ni estas ideas, ni ese concepto de vejez. Así que uno menos a mi lista de pendientes.

    Besotes

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  4. Hola Carol:

    he venido directa desde mi blog al tuyo, en primer lugar para darte las gracias por el pedazo de comentario que me has dejado, precioso, de hecho. Me has dejado hecho polvo con el caso que me has contado tú, así que sí, aún más te recomiendo leer el libro que he reseñado.

    Sobre este, venía entusiasmada porque sí, a veces juzgamos por la portada, y daba la sensación de ser una pedazo de historia desgarradora, de segundas oportunidades, o algo así. Y la verdad, con la primera cita que has compartido ya me he desilusionado. Y bueno, me quedo sorprendida de todo lo que te ha hecho sentir esta lectura. Está claro que no te ha dejado indiferente, pero no tiene nada que atraiga mi atención. No lo voy a leer, ni me lo planteo.

    Voy a seguirte en redes, ya que estamos.
    Un beso, nos leemos ;)

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  5. Y felicidades atrasadas, que me acaba de decir Facebook que fue tu cumpleaños ayer.
    Besos.

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  6. Jajaja, pero ¿qué cosa? Te diría que me sorprende que lo hayas terminado, soportado todo el libro. Pero es corto así que te entiendo. Totalmente paso de este libro, así como nos platicas, escribió esa basofia para promocionarse a sí misma como médica en su área, que por la intención de escribir una buena novela. O una entretenido al caso.
    😪😪 Algo que me molesta de sobremanera es que utilice de manera incorrecta el término feminista, o que recurra a él para burlarse en su historia, ¿que acaso esa chica es de mente obtusa o siemplemente mala persona? Sus chistes machistas... tal vez quería aportarle humor, pero no gracias.
    La verdad siento que no hubieras gastado tiempo ni palabras en esta novela, pero es bueno encontrar reseñas de este tipo. Gracias por la reseña, saludos♥️

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  7. Bueno, a ver, ¿por dónde empiezo? Vale que ya sabía que no te había gustado, que había visto citas que nos habías pasado sobre la gordofobia y la violación al hombre, pero no pensé nunca que llegara a este extremo. No sé ni por donde empezar a criticarla, si por la exaltación de la belleza como fin último de la señora, si por la superficialidad, si por las frases hirientes que me duele hasta leer... pero lo que más me fastidia es que encima lo venda como empoderamiento, es que ¡FLIPO!

    Sin querer faltar a la autora, da la sensación de que ha visto el tirón que tiene últimamente y ha dicho "vamos a sacar un libro para aprovecharlo" pero claro, ha metido su ideología superficial de búsqueda de la eterna juventud. Es me indigno sólo de pensarlo.

    No sé cómo has aguantado todo el libro, yo lo hubiera dejado antes de acabarlo. Pero gracias por estas reseñas, por mostrarnos que existe gente tan rastrera y por indignarnos así ;-)

    Un beso cielo

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